Encuestas
Todo el mundo -político o no- sabe que las encuestas son un "mal necesario", y existe una gran variedad de ellas. Hay encuestas para todo y todos. Somos súbditos, por un periodo de tiempo, de algún porcentaje maldito que nos tortura con la ventaja o desventaja que refleja la medición de turno. Proyectan, controlan, rechazan, desarman, arman y disfrutan, -¡cómo disfrutan!- de nuestra dependencia. De todas formas, tengo siempre en claro que no voy a calmarme o desesperarme por un número; muchos se distraen y pierden el tiempo siguiendo esa línea. Los números son fríos, te alejan de las personas. Prefiero siempre la palabra, el pulso con la gente, el cara a cara que me permite entender al ciudadano, más que verlo como una indiferente cifra o lo que es peor, como un "margen de error".
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