martes, 24 de mayo de 2011

Por qué no vamos solos

Nos preguntan: ¿por qué van solos?

Muchos se nos acercaron para proponeros acuerdos, lugares en las fórmulas, colectoras y posiciones en eventuales gobiernos.
La prensa recogió algunos de esos intentos, otros no trascendieron y otros fueron mera especulación.
Nos tantearon y tentaron desde diversos espacios; ofertas importantes que consideramos, agradecimos y declinamos.

Nos preguntan por qué.
Estuvimos en la gestión, gobernamos la ciudad y el haber estado allí nos permite saber que no es lo mismo repetir slogans, criticar, o lanzar propuestas voluntaristas que gestionar, hacer y gobernar.
Desde el puesto de Jefe de Gobierno en Bolívar 1, créanme, las cosas se ven diferente y permite saber qué se puede hacer, qué hay que hacer y cómo hacerlo.

Algunos de los espacios que nos propusieron articular con ellos no tuvieron nunca la responsabilidad de gobernar y sus posturas están lejos de lo que realmente es una buena gestión de una ciudad como Buenos Aires. Sus propuestas sobre Buenos Aires brillan por su ausencia y solo parecen decir que no son ni Cristina ni Macri. Eso ya lo sabemos, pero no significa nada.

Otros gestionaron áreas que no sólo no funcionan bien, sino que configuran el talón de Aquiles de nuestra sociedad. Ni como Ciudad ni como Nación alcanzaremos nuestro potencial de desarrollo si no mejoramos drástica y exponencialmente nuestra capacidad y calidad educativa.
También nos distancia la centralidad que ocupa en ese armado político un sector autodenominado progresista cuyo legado de gobernantes en la Ciudad es paupérrimo.

Otros espacios también se nos han acercado pero la distancia ideológica es demasiado grande como para siquiera sentarse a conversar.
El pueblo argentino ya sabe las consecuencias nefastas de rejuntarse solo para ganarle a alguien. El fracaso de la Alianza que nos llevó al abismo social, económico e institucional no está tan lejos.

El pueblo de la Ciudad de Buenos Aires ha saldado otros debates y sabe que experiencias no quiere repetir.

No vamos solos.
Vamos con nuestra gente, nuestros equipos, nuestra experiencia de gobierno. Valoramos nuestros aciertos, corregimos nuestros errores. Con todo ello, con nuestros valores y nuestras ideas, como en la última elección a Jefe de Gobierno cuando nos votaron cientos de miles de personas y estuvimos a 2 puntos de entrar en la segunda vuelta, en donde le hubiésemos ganado a Macri.

lunes, 23 de mayo de 2011

Sobre el problema del tránsito en la Ciudad de Buenos Aires

Al problema del tránsito hay que abordarlo de una manera integral. Comparto aquí con ustedes un video con nuestro proyecto de movilidad urbana:




viernes, 13 de mayo de 2011

Sobre las demandas sectoriales que generan caos y van en contra del bien común

Hace 10 años vivíamos en la antesala de uno de los episodios más graves de la historia moderna argentina: la crisis económica, social y política que estalló en diciembre del 2001 y nos dejó al borde de la disolución como nación y comunidad.

Se comprende que en medio de una pobreza e indigencia escandalosas, el 30% de desocupación, los ahorros personales confiscados, la caducidad del sistema financiero llevara a una fundada y profunda desconfianza a todo tipo de representación política o gremial y, en ese sentido, que las demandas y reivindicaciones de los distintos actores sociales fueran espontáneas, furiosas e intransigentes: cortes de rutas y calles, fogatas, apropiación de empresas cerradas, paros y huelgas por tiempo indeterminado, estado asambleario permanente en escuelas, barrios, facultades. Acciones límite que, aunque no solucionaran los problemas, expresaban una muy humana voluntad de supervivencia individual y colectiva.

Hoy, afortunadamente, la situación nacional es bien diferente. No hay horizonte de caída, sino de recuperación y crecimiento. La sociedad ha vuelto a considerar que la representación y agrupación política, gremial, empresarial o estudiantil es una herramienta idónea para defender intereses sectoriales. Para evitar crisis y desilusiones futuras, y lo que es más importante, para colaborar en la construcción de una sociedad armoniosa y justa, los dirigentes debemos demostrar inequívocamente que la defensa de los intereses sectoriales deben someterse a los intereses generales de la nación y la comunidad.

Si existe el compromiso genuino de robustecer el bien común, debe aceptarse la gravedad y el error de llevar adelante acciones sin importar si hacen imposible el tránsito y la vida cotidiana en la Ciudad, o si producen desabastecimiento de combustibles en todo el país, o si paralizan el tráfico aéreo, o si impiden que el espacio público sea usado libremente y por todos.

Las acciones a todo o nada y la recurrencia permanentemente a medidas extremas debilitan la legitimidad de los reclamos, son rechazados por el resto de la sociedad y van en contra del bien común y los intereses de la nación y la ciudad.